jueves, 11 de abril de 2013

Picasso en el expresionismo abstracto


John Graham. White Pipe, 1930
NY University Art Collection, Nueva York
El origen del expresionismo abstracto americano sucede en una época convulsa y de transformaciones, tanto en el ámbito político-social como en el cultural. Entre la Gran Depresión de los años treinta y el fin de la Segunda Guerra Mundial, los conflictos y el establecimiento del nuevo orden mundial  desembocarán en una profunda crisis moral que afectará también a la cultura. El mundo del arte en EEUU vive una etapa de renovación, vinculada a la transformaciones que experimenta el propio país y a las instituciones gubernamentales -Federal Arts Projects (FAP)- que junto a la proliferación de museos y galerías, empiezan a promover un arte de vanguardia propiamente americano. Con todo, en esta primera etapa está aún muy presente la influencia de la vanguardia europea del lenguaje cubista y el neoplasticismo de Mondrian en los Artistas Abstractos Americanos (AAA) en su camino hacia la abstracción pura. 

En realidad, aunque coincidían en algunos presupuestos, ninguno de los innovadores del expresionismo abstracto perteneció nunca al AAA. Se aglutinaban en tres grupos: “The Ten” con Rothko y Gottlieb; un segundo grupo en torno a la escuela de Hans Hofmann y un tercero que incluía a Davis, Gorky, De Kooning, John Graham y David Smith. Picasso será realmente importante para los dos últimos grupos. Su método compositivo proporcionó la base para las enseñanzas de Hofmann que se fundamentan en el dibujo de Picasso y el color de Matisse. Para Hofmann eran tres los factores a tener en cuenta a la hora de pintar: la naturaleza y sus leyes, la personalidad, imaginación y intuición espiritual del artista; y el medio y las leyes que le son propias.


Hans Hofmann. Transfiguration, 1947
André Emmerich Gallery, Nueva York
La admiración por Picasso en América proviene de mucho antes. Desde 1911 Picasso ya era venerado por algunos de los artistas más vanguardistas de Nueva York, gracias a las iniciativas de Alfred Stieglitz, que comienza a exponer obra del pintor en la ciudad.

Pero si una obra del español tuvo impacto en la Escuela de Nueva York, esa fue Guernica. En 1939 la pintura visitará por primera vez Nueva York, convirtiéndose en un estímulo crucial para los artistas del expresionismo abstracto. Tal como señala Jiménez-Blanco, la tensión entre forma y contenido y la carga simbólica que existe en el cuadro convertirá al Guernica en un referente esencial. Su presencia apuntaló las posiciones de los artistas que creían en una pintura capaz de expresar un contenido trascendente independiente del lenguaje figurativo que, a pesar de todo, había acaparado gran parte de la escena americana durante los años treinta. A las puertas de la Segunda Guerra Mundial Guernica provocó un intenso debate sobre la relación del arte y la política 

La obra llega en un momento en el que la vanguardia americana se consagra plenamente y las instituciones se modernizan. En el 39 se reestructura el Federal Art Project y se crea el WPA Art Program. Al mismo tiempo se crean otros dos museos de arte moderno: el Museum of Non Objetive Painting germen del Guggenheim y el Museum of Modern Art. En mayo de ese mismo año Guernica se expone por primera vez en la Valentine Gallery donde artistas como Stuart Davis, Pollock, Gorky, Dorothea Tanning, y Willem de Kooning quedaron profundamente marcados por la obra. Como ya veíamos hace unos días, en noviembre de ese mismo año se expondrá en el MoMA en el contexto de la exposición “Picasso, Forty Years of his Art”, donde alcanza la categoría de obra maestra del arte moderno. Guernica además ofrecía preguntas y posibles respuestas a cuestiones que los expresionistas abstractos se planteaban en estos momentos, cuestiones que conducían al automatismo. ¿Puede el artista trabajar ajeno a sí mismo, dejarse llevar por la propia pintura? ¿qué grado de conciencia existe cuando pinta? ¿es consciente del significado de sus símbolos, de su obra? y la cuestión fundamental: si esa simbología que surge del interior del artista es clara para el espectador.

Izda.: Arshile Gorky. Organization. c. 1934-36, M. Knoedler & Co., Inc., Nueva York
Dcha.: Pablo Picasso. El estudio. 1927-28. The Museum of Modern Art, Nueva York
Es cierto que el automatismo está presente en el expresionismo abstracto, pero los artistas neoyorkinos consideraban que el automatismo no era suficiente en sí mismo. Algunos como Pollock, Hofmann, Baziotes, Rothko y Gottlieb se preocuparon también por las cualidades plásticas de la pintura. Querían emplear el automatismo, pero al mismo tiempo querían conservar los valores pictóricos que la misma técnica amenazaba. Deseaban mantener la lógica estructural y la elegancia pictórica que admiraban en las obras de Picasso, Matisse, Mondrian o Miró. 

1947 será en un año clave para el expresionismo abstracto: Pollock ensaya ya el dripping y Rothko se adentra en la plena abstracción a través de sus campos de color. Ambos destierran definitivamente la figuración, lo que no implicaba dejar la obra vacía de contenidos, algo que Picasso ya había demostrado.

FUENTES:

ANFAM, D., El expresionismo abstracto, Barcelona, Destino, 2002
SANDLER, I., El triunfo de la pintura norteamericana. Historia del expresionismo abstracto, Madrid, Alianza, 1996
JIMÉNEZ-BLASCO, Mª., D., "Guernica de Picasso y la Escuela de Nueva York" en Revista complutense de historia de América, 36, 2010, pp. 59-77 - El artículo analiza la llegada de la obra a Nueva York, su contexto político y el efecto que causó en los artistas americanos. Está disponible en versión PDF descargable.

ENLACES:
Guggenheim Museum NY 
Museum of Modern Art NY
NY University Art Collection

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